La fisioterapia es la ciencia que, por un conjunto de métodos terapéuticos como el calor, frio, agua, masaje, y electricidad tiene la finalidad de rehabilitar, prevenir, y curar dolor de los pacientes con lesiones o discapacidades físicas.
En Olympia te traemos algunos de sus beneficios más notorios:
Mejora la movilidad
Alivia el dolor
Aumenta la fuerza y flexibilidad
Ayuda con la postura
Reduce inflamación
Previene lesiones
¿Por qué es importante acudir a fisioterapia si no tengo dolor?
Dentro de los tipos de la fisioterapia, existe la fisioterapia preventiva, que tiene como fin evitar lesiones musculo-esqueléticas. La terapia física también es para pacientes sanos o sin lesiones presentes con el objetivo de educar al paciente sobre sus actividades, mejorar la condición física, y fortalecer nuestro cuerpo mediante masajes y ejercicios que relajan y tonifican nuestros músculos, corrección de postura, y reducción de tensión.
De un punto de vista deportivo, la fisioterapia ayuda con el rendimiento, acorta tiempo de rehabilitación, evita futuras lesiones, y adapta al atleta a su entrenamiento.
Sin embargo, la fisioterapia esta indicada para tratamiento y prevención para cualquier persona, sin importar genero o edad. Acudir a terapia con regularidad, aún sin ninguna afección, mejora la calidad de vida.
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Una valoración cardiopulmonar es una prueba no invasiva que permite evaluar la respuesta fisiológica ante el esfuerzo físico máximo de un deportista. Ofrece datos de su estado físico, metabólico, cardiovascular y ventilatorio; esto significa que no solo podemos conocer el comportamiento del corazón y la presión arterial si no que la prueba brinda información importante para determinar las zonas y umbrales de entrenamiento adecuadas para los diferentes tipos de deportes.
Un beneficio importante de este estudio es poder asegurar que el corazón está trabajando adecuadamente y que los factores de riesgo son los mínimos. Además, ayuda a diferenciar las modificaciones normales por las que pasan los deportistas de alto rendimiento (frecuencia cardiaca, tamaño del corazón).
Esto ayuda a prevenir lo que llamamos muerte súbita en el deportista. Si bien la incidencia es baja (1 por cada 200,000 habitantes al año) es un fenómeno que puede ocurrir en cualquier atleta y mayormente sucede en deportistas jóvenes aparentemente sanos.
Esta recomendada para cualquier persona que desee comenzar un deporte o actividad física y no solo para atletas de alto rendimiento, especialmente si se padece de una enfermedad crónica como asma, diabetes o hipertensión, al menos una vez al año. Los parámetros ayudaran a prescribir la carga e intensidad de entrenamientos, valorar el rendimiento, prevenir o diagnosticar complicaciones cardiacas.
La valoración cardiopulmonar consta de varias etapas, desde la consulta médica, antropometría, calorimetría, electrocardiograma y prueba de esfuerzo. Siempre se debe realizar ante la presencia de un médico especialista. Agenda el tuyo ahora aquí.
La muerte súbita es aquella que ocurre de manera inesperada sin precedentes dentro de la primera hora desde el inicio del primer síntoma. La muerte súbita relacionada con los deportistas se toma en cuenta durante o después de haber practicado una actividad física.
Este fenómeno puede ocurrir en cualquier atleta, mayormente en hombres y en deportistas jóvenes aparentemente sanos. Lo que tiende a ser un acontecimiento devastador para la comunidad deportiva. Su frecuencia es baja, reportándose al rededor de una muerte por cada 200,000 habitantes al año. Sin embargo, es una condición a la cual se le hace mucho énfasis y difusión ya que puede ser algo prevenible.
Las causas de la muerte súbita son diversas, entre ellas entran factores ambientales (golpe de calor), traumáticas (por deportes de alto riesgo y de contacto), y enfermedades crónicas, siendo las cardiovasculares las más prevalentes.
Es importante saber que hay cambios normales fisiológicos y morfológicos en el corazón de los deportistas de alto rendimiento, a esto se le llama ¨corazón de atleta¨ y es importante conocer estas variaciones para diferenciar lo normal de lo anormal. Dichos cambios son: engrosamiento simétrico del ventrículo izquierdo, bradicardia sinusal, prolongación de la onda p en el electrocardiograma, y sin presencia de crecimiento auricular.
Estos cambios se deben distinguir de las causas cardiovasculares más comunes de muerte súbita para su diagnóstico oportuno como la miocardiopatía hipertrófica (principal causa), cardiopatía isquémica, síndrome de Marfan y enfermedades valvulares.
Aún con un indice bajo de casos, la muerte súbita lamentablemente es inevitable en el momento, pero se puede reducir la frecuencia mediante un abordaje adecuado. Su único tratamiento es la prevención, por lo cuál es importante su difusión y educación a deportistas, sus equipos y organizaciones.
Las medidas recomendadas son una revisión médica con un especialista en el área, en la cual se deberá integrar una exploración física completa, una historia clínica con hincapié en los antecedentes familiares, un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo cardiológica y deportiva con ergoespirometria para evaluar la función del corazón bajo estrés físico.
La clavícula articula con el esternón y la escápula, ayuda al soporte y movimiento del hombro, siendo un área de lesión común en hombres menores de 25 años a causa de traumatismos y actividades deportivas.
Los factores de riesgo engloban la edad, osteoporosis, trauma directo como golpes, caídas, actividades con armas de fuego y deportes extremos y de contacto (fútbol americano, hockey, ciclismo).
El síntoma más común es el dolor que aumenta con el movimiento de la extremidad, acompañado de inflamación, hematomas, sensibilidad, crepitación, y en algunos casos se puede observar una deformidad en la zona.
Es esencial acudir al médico especialista para un diagnostico y tratamiento oportuno. Al fracturarse la clavícula se pueden dañar nervios y vasos sanguíneos.
El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico dependiendo de la severidad del caso y la edad del paciente, este debe ser indicado por un médico del deporte o un ortopedista.
El tratamiento quirúrgico esta indicado en fracturas expuestas, fracturas asociadas a una lesión vascular o neurológica, fractura con compromiso pleuropulmonar y en fracturas desplazadas más de 2 cm.
Las fracturas de clavícula tienen un buen pronóstico en general para la recuperación y función de la extremidad siempre y cuando se haga un diagnostico y tratamiento oportuno.