Prescripción del ejercicio pacientes con hipertensión

Prescripción del ejercicio pacientes con hipertensión

La hipertensión arterial sistémica es una enfermedad silenciosa la cual puede llevar al desarrollo de otras patologías y complicaciones. Por lo que es importante su prevención, detección precoz y tratamiento oportuno.

Afecta aproximadamente el 35% de la  población adulta y globalmente se estiman alrededor de 9 millones de muertes por complicaciones de la hipertensión.

Nuestra presión arterial esta regulada por diferentes sistemas en nuestro organismo y esta asociada a diferentes factores como el consumo de sal, genética, el peso corporal, edad, raza y enfermedades crónicas como diabetes o hipercolesterolemia.

La hipertensión se puede dividir como primaria cuando la causa no es determinada, abarca hasta un 95% de todos los casos y la hipertensión secundaria suele ser a causa de una enfermedad, usualmente renal o endocrina.

Como ya mencionado, la presión elevada suele ser asintomática aunque en cifras muy elevadas y sin tratamiento se puede presentar dolor de cabeza intenso, sangrado por la nariz, o dificultad para respirar. Su diagnóstico se basa en medir las cifras con un baumanómetro en el brazo, la presión arterial normal es igual o menor a 120/80mmHg, considerándose hipertensión a partir de cifras igual o mayores a 130/80mmHg.

El tratamiento debe ser dirigido y multidisciplinario, incluyendo cambios en los hábitos alimenticios, modificaciones en el estilo de vida, tratamiento farmacológico, y actividad física.

El ejercicio por si solo se ha vuelto una medida de primera línea por los efectos sobre los mecanismos que regulan la presión arterial como disminución de la resistencia vascular periférica, disminución de la frecuencia cardiaca, aumento de volumen sistólico, entre otros.

Se han popularizado protocolos de ejercicio aeróbico de 3 a 5 días por semana tal como correr, nadar, caminar, o ciclismo de baja a moderada intensidad de 20 mins de duración los cuales han demostrado NO SER SUFICIENTES PARA MEJORAR LA PRESION ARTERIAL O LA SALUD CARDIOVASCULAR.

La prescripción del ejercicio debe realizarse por un especialista en medicina del deporte, ya que se debe personalizar el tipo de ejercicio, la intensidad y duración, mediante una prueba de esfuerzo y examen ergometrico

Muerte Súbita en el Deportista

Muerte Súbita en el Deportista

La muerte súbita es aquella que ocurre de manera inesperada sin precedentes dentro de la primera hora desde el inicio del primer síntoma. La muerte súbita relacionada con los deportistas se toma en cuenta durante o después de haber practicado una actividad física.

Este fenómeno puede ocurrir en cualquier atleta, mayormente en hombres y en deportistas jóvenes aparentemente sanos. Lo que tiende a ser un acontecimiento devastador para la comunidad deportiva. Su frecuencia es baja, reportándose al rededor de una muerte por cada 200,000 habitantes al año. Sin embargo, es una condición a la cual se le hace mucho énfasis y difusión ya que puede ser algo prevenible. 

Las causas de la muerte súbita son diversas, entre ellas entran factores ambientales (golpe de calor), traumáticas (por deportes de alto riesgo y de contacto), y enfermedades crónicas, siendo las cardiovasculares las más prevalentes.

Es importante saber que hay cambios normales fisiológicos y morfológicos en el corazón de los deportistas de alto rendimiento, a esto se le llama ¨corazón de atleta¨ y es importante conocer estas variaciones para diferenciar lo normal de lo anormal. Dichos cambios son: engrosamiento simétrico del ventrículo izquierdo, bradicardia sinusal, prolongación de la onda p en el electrocardiograma, y sin presencia de crecimiento auricular.

Estos cambios se deben distinguir de las causas cardiovasculares más comunes de muerte súbita para su diagnóstico oportuno como la miocardiopatía hipertrófica (principal causa), cardiopatía isquémica, síndrome de Marfan y enfermedades valvulares.

Aún con un indice bajo de casos, la muerte súbita lamentablemente es inevitable en el momento, pero se puede reducir la frecuencia mediante un abordaje adecuado. Su único tratamiento es la prevención, por lo cuál es importante su difusión y educación a deportistas, sus equipos y organizaciones.

Las medidas recomendadas son una revisión médica con un especialista en el área, en la cual se deberá integrar una exploración física completa, una historia clínica con hincapié en los antecedentes familiares, un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo cardiológica y deportiva con ergoespirometria para evaluar la función del corazón bajo estrés físico.