La terapia intravenosa o IV se ha vuelto una terapia muy conocida en la actualidad y de muy alta demanda. Es un procedimiento poco invasivo que consiste en la administración de líquidos mediante un catéter directamente hacia la vena. Esto permite que los elementos (medicamentos, vitaminas, minerales, etc.) lleguen más rápido al organismo.

El tipo de terapia dependerá de cada paciente y sus necesidades. Hay terapias IV de hidratación, para tratar el dolor, para mejorar el sistema inmune, para recuperarse de una competencia deportiva, entre otros. Los beneficios incluyen:

  • Eficiencia en la absorción ya que se salta el sistema gástrico
  • Rapidez de la administración
  • Es mejor para tratar ciertas deficiencias de nutrientes
  • Aumenta los niveles de energía
  • Ayuda a controlar los síntomas y dolor más rápido
  • Mejora el sistema inmune
  • Es una terapia de bajo riesgo

Dependiendo del caso es el tipo de terapia que se indicara, los casos más usuales suelen ser deshidratación, dolor o rigidez muscular, administración de analgésicos cuando el paciente no puede tomarlos por vía oral, enfermarse recurrentemente, aunque existen otras indicaciones como tratamiento para la piel, aliviar el estrés, o tratar otros padecimientos como la osteoporosis.

Esta terapia se recomienda por todos sus beneficios antes mencionados y por su diversidad en tratamientos.

Aunque los efectos secundarios sean pocos y raro que sucedan, siempre se recomienda recibir la terapia IV en una clínica o bajo la supervisión de personal de la salud (en caso de que sea una terapia domiciliaria).

Algunas complicaciones son reacciones alérgicas, hematomas o inflamación en la zona del catéter.

Antes de recibir cualquier tratamiento es indispensable acudir con el médico para la indicación correcta de la terapia y descartar alguna contraindicación.