El dolor es una percepción sensorial localizada y desagradable en el cuerpo, activada por parte de las terminaciones nerviosas sensitivas. Se puede clasificar acorde a su intensidad, origen, y duración (agudo y crónico). El dolor puede ser causado por enfermedades o traumatismos, estos siendo la causa principal de dolor musculoesquelético. Otras causas incluyen: artropatías degenerativas o inflamatorias.

Tradicionalmente la mayoría de los padecimientos se han tratado con cirugía para tratar el dolor crónico o reparar alguna lesión. En algunos casos el tratamiento quirúrgico es el de elección, dependiendo de la gravedad y situación de la lesión.

Sin embargo, hoy en día se utilizan cada vez más los tratamientos conservadores, los cuales engloban una atención no invasiva e integral, con el propósito de aliviar el dolor, sanar la lesión y/o disminuir el riesgo de progresión y complicaciones. Ejemplos de un tratamiento conservador en lesiones musculoesqueléticas incluyen:

  • Tratamiento farmacológico
  • Fisioterapia
  • Inmovilizaciones
  • Reposo
  • Infiltraciones

Es recomendable usar este manejo de primera línea, sobre todo cuando puede prevenir el avance del daño de la lesión y de esta forma evitar cirugía. Un ejemplo es la proloterapia, que favorece a la recuperación rápida y natural del tejido y de esta forma ayuda a evitar una cirugía para eliminación del dolor. Como se menciono anteriormente, los tratamientos quirúrgicos pueden ser inevitables, por lo que siempre se debe acudir a consulta con un especialista que maneje terapias conservadoras (como un médico del deporte) para una segunda opinión.