El deporte y la actividad física son un pilar importante para mantener la salud y prevenir enfermedades. El ejercicio brinda varios beneficios a nuestro cuerpo, ayuda a la función mental y emocional, disminuye riesgos cardiovasculares, favorece el metabolismo, mejora el sueño, y aumenta la fuerza y forma física.
En nuestro país se estima que solo un 42% de la población practica algún deporte o ejercicio. De este porcentaje los deportes más comunes son: fútbol, box, basquetball, beisbol, y lucha libre; de los cuales todos tienen una alta incidencia de lesiones de hombro. Recordemos que los deportistas más propensos a esas lesiones son aquellos que practican deportes en los cuales pueden sufrir un traumatismo directo en el hombro (box, fútbol americano), caídas (ciclismo), o quienes realizan movimientos repetitivos con esta articulación (beisbol, golf, gimnasia).
Las lesiones más comunes son:
- Tendinopatia del manguito rotador: más común en nadadores, tenistas, o deportistas de baseball, causa dolor agudo y disminución del movimiento.
- Rotura del manguito rotador: Suele asociarse a traumatismos y caídas con el brazo o en su defecto a sobre uso cuando el tendón esta previamente tendinótico. Causa dolor profundo, disminución del movimiento y perdida de la fuerza.
- Luxación de hombro: Frecuente en deportes de contacto (hockey, rugby, fútbol americano), el síntoma principal es el dolor y la limitación de los movimientos, se puede observar el hombro ¨fuera de lugar¨.
- Fractura de clavícula: Su causa principal son los traumatismos directos, generando dolor de moderada a severa intensidad, crepitación, inflamación y deformidad en la zona.
Es importante acudir al médico especialista para un diagnóstico oportuno en el momento que sucede una lesión o se presenta dolor. Para un deportista, especialmente los atletas profesionales, es indispensable un tratamiento adecuado y oportuno para evitar complicaciones y secuelas a largo plazo que pudieran incapacitar su entrenamiento y practica.
Los tratamientos usualmente suelen ser conservadores, incluyendo reposo e inmovilización, tratamiento farmacológico con analgésicos, fisioterapia, infiltraciones, o terapias tal como la proloterapia o PRP, las cuales han demostrado un porcentaje más alto de recuperación temprana y alivio del dolor. Por último, siempre se intenta evadir llegar a cirugía, solo sera indicada dependiendo del diagnóstico y en casos severos o en casos donde el tratamiento conservador no mejore la lesión con el tiempo. Acudir a una clínica de medicina del deporte es la elección idónea para cualquier atleta, donde recibirán la atención adecuada y completa para sus lesiones por parte de un especialista en el área, teniendo como objetivo su recuperación y mejoramiento de desempeño. Al igual que valoración para prevenir dichas lesiones en el futuro.