La periostitis tibial consiste en la inflamación del periostio que es una membrana protectora que tienen nuestros huesos y que tiene la función de crear la sustancia para que este se mantenga en perfecto estado, saliendo por ella los vasos sanguíneos que alimentan el hueso, encontrándose en su capa mas externa las fibras nerviosas que nos van a transmitir el dolor, siendo esta zona de una riqueza sensitiva importante. Pegada a esta capa se encuentran los músculos que accionan nuestros movimientos del pie como son los gemelos y soleo (triceps sural), el tibial posterior, flexor común de los dedos, flexor propio del dedo gordo, etc. ampliamente solicitados en la practica atlética.

Mecanismos de producción

La periostitis se presenta frecuentemente al cambiar de calzado, cambio de superficie de entrenamiento (terrenos excesivamente duros como el asfalto), provocando que nuestra tibia y en general todo el miembro inferior sufra más en cada impacto con la superficie o del método cuando entrenamos a una mayor intensidad de modo muy brusco, al igual que un aumento en el volumen global de kilómetros sin una progresión correcta. Aparte de todo esto, nos encontramos con lo factores biomecánicos propios de cada atleta como son la pisada, mala alineación de la pelvis etc, pues un defecto en la pisada puede provocar un mal reparto de la carga sobre nuestras extremidades o una torsión excesiva de la tibia e incidir la carga en unas zonas más que en otras, provocando la consiguiente inflamación del periostio por sobresolicitación de la estructura ósea. Es muy frecuente en atletas con una excesiva pronación encontrar éste trastorno, pues las fuerzas ascendentes no se reparten correctamente, uniéndose a ello la congestión de los músculos de la cara interna de la tibia íntimamente pegados al periostio, que lo presionan e irritan constantemente, ocurriendo de igual manera en la cara anterior de la tibia por la hiperpresión del mísculo tibial anterior.

Síntomas:

Dolor en la cara anterior o anterointerna de la tibia y en su tercio inferior.

A la palpación aparece un dolor quemante en la zona, se acentúa por las noches doliendo incluso con el simple roce de un pie con otro o las sabanas. Aumenta con el esfuerzo o al cambiar de un terreno blando a otro más duro.

Tratamiento:

El tratamiento especifico debe ser indicado por el médico especialista y solamente después de haber descartado otras lesiones como un Sindrome del Compartimiento tibial anterior o una fractura pos estrés de la tibia.

Como medidas generales debemos de bajar la intensidad del entrenamiento y realizarlos en lugares blandos, preferiblemente en césped. Al finalizar el entrenamiento debemos aplicar hielo en abundancia en la zona y realizar unos correctos estiramientos de ambas piernas, todo ello lo debemos complementar con el masaje realizado por un especialista para intentar liberar la musculatura congestionada, además de un vendaje que evitará la excesiva vibración de la tibia en cada impacto contra el suelo.

Consejos para no sufrir la periostitis:

.- Evitar los terrenos excesivamente duros como el asfalto.
.- Incrementar tanto la intensidad como el volumen de nuestros entrenamientos de forma progresiva.
.- Cuidar nuestras piernas con masajes de descarga periódicos.
.- Estirar al terminar cada sesión de entrenamiento.
.-Realizarnos una valoración dinámica de nuestra pisada para si fuera necesario corregir anomalías con el uso de plantillas especiales.
.- Utilizar calzado deportivo adecuado que brinden adecuada amortiguación y estabilidad.
.- Aplicar frío ante cualquier molestia o sospecha de periostitis tibial y consultar a un especialista en Medicina del Deporte para hacer el correcto diagnostico y tratamiento.

Atte.

Olympia Medicina Integral de Deporte.