El ejercicio es una actividad física y repetitiva realizada por los músculos que requiere un gasto de energía. Los beneficios de este son reducir la presión arterial, disminuye el riesgo de ciertos cánceres, ayuda con la salud ósea, apoya a un control de peso saludable y mantiene el sistema inmune.
El sistema inmunitario en el cuerpo es nuestra defensa contra infecciones, principalmente conformado por glóbulos blancos o también conocidos como leucocitos. Al encontrarse un cuerpo extraño en nuestro sistema (virus, bacteria, parasito etc.) este crea una cascada de reacciones para identificar y remover el antígeno de nuestro organismo.
Realizar ejercicio rutinariamente reduce el riesgo de adquirir infecciones a comparación de las personas sedentarias. La actividad física realiza breves elevaciones de la temperatura corporal lo que detiene o desciende el crecimiento bacteriano en nuestro sistema, ayuda más fácilmente a eliminar cuerpos extraños de nuestro sistema respiratorio, y disminuye niveles de catecolaminas y cortisol que generan inmunosupresión.
Es importante recordar que el ejercicio favorece a todas las edades y no solo a un grupo de población especifico. Es uno de los mejores métodos de prevención contra enfermedades. No existe una dosificación exacta de ejercicio que se debe realizar para fortalecer el sistema inmune, sin embargo, se recomienda hacer por lo menos 45 minutos de ejercicio aeróbico de moderada intensidad y adultos mayores al menos 150 minutos a la semana de la misma intensidad, acompañado de ejercicios de fortalecimiento ya sea con ejercicios usando el mismo peso corporal o aparatos de gimnasio.