Una lesión aguda se refiere a que se produce en el momento, no entran en esta clasificación lesiones que posee con anterioridad el deportista. Lo primero que debemos analizar es el estado de la persona que ha sufrido la lesión, las características de la misma y en caso de duda llamar al servicio de emergencias de inmediato si no se cuenta con personal medico en el campo de juego.

Es indispensable que cada lugar de encuentro deportivo cuente con la cobertura medica de emergencia y medios de comunicación eficaces para llamarlos ante cualquier necesidad.
Como así también contar con el apto medico para actividad física de competencia y ficha medica de cada deportista, esto es necesario y fundamental para cualquier nivel de competición.

Tratamiento inicial de las lesiones

Sea cual fuese la lesión que se produce en el momento de juego va a poseer una característica como común denominador: la INFLAMACIÓN como signo visible de una hemorragia, o por derrame de liquido sinovial, o acumulación de subproductos de la inflamación o una combinación de ellos.

Esta inflamación produce dolor, por la presión que produce, y una contracción muscular débil. Es por ello que lo primero que se debe hacer es tomar medidas para controlarla.

Los principios del tratamiento, se resumen en una mnemotecnia: PRICE

P: protección del área lesionada
R: restricción de la actividad
I: ice ( hielo)
C: compresión
E: elevación

Protección del área lesionada

Por medio de tablillas, almohadillados, vendajes para inmovilizar el área y si posee lesiones sangrantes, proteger la zona de infecciones con gasas esterilizadas y agua oxigenada, no rociar en heridas frío en spray.

Restricción de la actividad

Descanso de la lesión, ya que el área lesionada empieza de inmediato el proceso de curación, sino se deja descansar la lesión esta recibe presiones y tensiones agravando la situación.

Después de 48-72 horas comenzar con el programa de rehabilitación del área lesionada, el deportista debe continuar con actividades que no involucren el área de la lesión para no perder la condición física.

Ice – Hielo

El frío posee propiedades analgésicas: disminuye el dolor, vasoconstrictora: controla hemorragias y edemas y disminuye el espasmo muscular reflejo y las afecciones espásticas que acompaña al dolor. Modo de utilización: entre 20 y 30 minutos de hielo, con un descanso de una hora sin él.

Compresión

Se debe reducir mecánicamente el espacio en donde se produce la inflamación y es la compresión quien cumple con este objetivo.

Elevación

Controla la inflamación por los efectos de la gravedad, favoreciendo el retorno venoso y de esta manera disminución de la inflamación por disminución de acumulación de sangre o líquidos.

Factores que determinan microlesiones en los deportistas

Las microlesiones, como su nombre lo indica son pequeñísimas lesiones que se producen en los tejidos, y en sumatoria originan una lesión crónica al deportista y en algunos casos lesiones agudas. 

Estas microlesiones son producidas en su mayoría por golpes crónicos y reiterados en el tejido local. Hay factores de riesgo que contribuyen a que se produzcan estos microtraumas, factores que el entrenador debe conocer para evitarlos. 

Los factores de riesgo son:

Error de entrenamiento: este factor es el principal y aparece cuando no hay un conocimiento por parte del entrenador de las cargas y pausas adecuadas de trabajo para la edad, maduración y sexo del entrenado. Como así también la periodización del entrenamiento. 

Desbalance músculo-tendinoso: este factor es de remarcada importancia cuando en el plan de entrenamiento no se trabaja la flexibilidad, como así también el desbalance entre agonistas y antagonistas. En los deportes en que predomina el uso de un hemicuerpo o miembro con respecto al otro, es de vital importancia que luego del entrenamiento especifico de la disciplina se trabaje en globalidad el cuerpo para evitar descompensaciones que darán lugar a desbalances, repercutiendo sobre todo en la columna vertebral.

Desalineación anatómica: es importante conocer con detalles los datos médicos traumatológicos sobre la postura del atleta, y si son debidas a causas actitudinales o a problemas óseos, como por ejemplo, un miembro mas largo que el otro, escoliosis, anteversion pélvica, solo por mencionar algunos.

Conociendo estos datos el entrenador debe disponer junto con el medico o kinesiólogo, los pasos a seguir, y no agravar la situación con el entrenamiento, ya que esto puede perjudicar la vida y la performance del deportista, como así también predisponer a lesiones. 

Calzado: las características del mismo deben estar de acuerdo a la disciplina en que participa, tipo de superficie en que se entrene y compita, y las desalineaciones anatómicas del deportista. Se debe recalcar que el uso adecuado del calzado es tanto para la competencia como para el entrenamiento. Las características a tener en cuenta son: comodidad, buen contorno, apoyo firme, suela ancha y delantera flexible, y deben ayudar a compensar las malas posturas, para ello es esencial saber cuales son y que dispositivos utilizar en el calzado.

Factores nutricionales: es sabido que el desarrollo y el rendimiento del atleta no solo se debe a una entrenamiento adecuado sino también por el estilo de vida de él, en donde la alimentación es de suma importancia, como así también las horas de sueño, la recreación, entre otros. Una deficiencia de vitaminas y calcio pueden asociarse a una disminución de la densidad ósea y a un aumento de fracturas por stress.

Estos factores pueden dividirse en:

Factores intrínsecos
Desequilibrio músculo-tendinoso 
Alteraciones biomecánicas
Crecimiento

Factores extrínsecos
Error de entrenamiento

Tecnopatias
Calzado y superficie de juego