El dolor muscular también conocido como mialgias es la afectación de uno o varios de nuestros músculos, usualmente la molestia no es grave y es autolimitada, sin embargo, sigue siendo una causa común de consulta médica.

El dolor muscular crónico afecta a un gran porcentaje de la población, presentándose mayormente en personas que realizan deporte o quienes realizan movimientos constantes en sus trabajos. En el caso de los deportivas, los deportes con más riesgo son el fútbol, basquetbol, artes marciales y atletismo.

 Las mialgias tienen diversas causas, de las más comunes son las lesiones por traumatismos, tensión o sobrecarga. También hay causas ¨no musculares¨, lo que quiere decir que el dolor muscular no está relacionado con el ejercicio o actividades y es secundario a una enfermedad o infección tales como: hipotiroidismo, osteomalacia, déficit de magnesio, piomiositis, lupus, fibromialgia, entre otras miopatías (enfermedades musculares).

 Las lesiones traumáticas más comunes son las contusiones, heridas, desgarros musculares, esguinces, calambres, y agujetas (síndrome de dolor muscular diferido).

 Para una prevención se recomienda mejorar nuestra postura, evitar cargar mucho peso, realizar estiramientos antes de alguna actividad física, y mantenerse hidratado.

 Es importante acudir al médico tras cualquier lesión, especialmente si el dolor es intenso, si hay enrojecimiento en el área, si hay dificultad para el movimiento, presencia de inflamación o de un hematoma.

 El diagnóstico se realiza en consulta con un interrogatorio y una exploración física. Es importante identificar la causa, al igual que el tipo y localización de dolor. El diagnóstico puede ser clínico, pero en algunas ocasiones para complementar se pueden utilizar estudios de imagen como el ultrasonido o resonancia magnética. En caso de sospecha de una causa no musculoesquelética se pueden realizar otros estudios más invasivos.

 El tratamiento dependerá del paciente y el tipo de lesión, en lesiones leves se puede incluir tratamiento farmacológico con un analgésico y reposo, al igual que vendaje y la aplicación de frío/calor. También se pueden agregar masajes musculares para la relajación de musculo y apoyo con el dolor.

En caso de lesiones persistentes o graves se pueden realizar terapias más invasivas como la proloterapia, que por medio de varias inyecciones de una solución irritante crea una reacción inflamatoria que regenera el tejido dañado, favoreciendo la disminución del dolor.

 En presencia de una lesión o dolor muscular se debe acudir al médico para una evaluación completa, de esta manera se puede descartar alguna complicación y brindar un tratamiento oportuno.